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LOS LAZOS SOCIALES NO PUEDEN DINAMITARSE !

Spanish translation of
You Cannot Blow Up Social Relations [1]
published in the zine accompanying Bogotrax Festival in Bogota, Colombia, Feb 11-21, 2010

Este es el texto de una charla presentada en Berlin el 12 de septiembre del 2009 en el Samacafé para el festival Bogotrax-Berlin. Fue parte de una tarde de discusión y documentación relativa a la situación en Colombia. El texto, traducido del ingles, lo reproducimos acá sin ninguna alteración y guardando algunos de los giros coloquiales relativos a una texto destinado como soporte de una conferencia. La mayoría de las citas fueron primero retraducidas del alemán por el autor y a su vez retraducidas por nosotros al castellano.

El Autor : Christoph Fringeli es desde 1997 el editor de Datacide, la revista subterránea sobre “ruido y política” (datacide-magazine.com, donde pueden encontrar la versión original del siguiente texto). Es también desde principios de los 90’s el motor de Praxis (praxis.c8.com) el primer sello de música electrónica radical, vanguardia de los ritmos rotos, del “breakcore” avant-la-lettre y del compromiso sónico con la revolución. Bogotrax lo vuelve a convocar como el singular ejemplo de uno de los más dicientes compromisos tácticos entre la teoría y la práctica.

LOS LAZOS SOCIALES NO PUEDEN DINAMITARSE !
You cannot blow up social relations !!!

Para una crítica real de la lucha armada

1.      En esta corta exposición crítica resumiré brevemente un punto de vista sobre el movimiento comunista del siglo XX, y en particular sobre los movimientos guerrilleros que pretenden ser comunistas así como su desempeño histórico. Para mi argumentación la transformación del marxismo como método crítico y del comunismo como un movimiento en una ideología llamada marxismo-leninismo es un asunto central.
Por lo tanto, esta no es una crítica a la violencia revolucionaria como tal, sino a la manifestación particular del enfoque  tradicional marxista-leninista de los movimientos guerrilleros tanto en las zonas rurales como en las zonas urbanas.
Los temas de otros conversatorios se relacionan más con la situación colombiana, donde se pueden encontrar aspectos específicos sobre la situación colombiana involucrando en este contexto a las FARC, las cuales están ausentes en mi texto. Lo que intento hacer es establecer un contexto histórico e ideológico. Estoy seguro de que aquí hay personas que saben más sobre las FARC de lo que yo conozco; así mismo estoy listo para que se establezca una discusión después de mi lectura.

En el ensayo introductorio de Mao Zedong para la edición alemana “Escritos militares selectos” publicado como “Theorie des Guerillakrieges – oder Strategie der Dritten Welt” en 1966 por el publicista Sebastian Haffner, podemos leer:
“los escritos militares de Mao Zedong(…) son textos claves de este siglo. Son el trabajo de una mente extraordinaria, y cada lector siente después de leer algunas páginas un efecto particular que produce el contacto directo con este genio”.
Aunque Mao no invento la guerra de guerrillas era visto por la izquierda como uno de sus teóricos más importantes. Y no solo eso, sino como dice el pequeño y famoso libro rojo en la segunda edición: “El camarada Mao Zedong es el Marxista-Leninista más grande de nuestro tiempo”. Este libro del cual se imprimieron cientos de miles de copias contiene muchas citas banales y estúpidas tales como:
“si no hay ejercito del pueblo, no hay nada para el pueblo”.
La línea Maoísta tradicional, basada en 25 años de guerra civil china, supone que la guerrilla opera desde el campo rural hasta que está lo suficientemente fuerte para tomarse las ciudades y eventualmente tomarse el poder en un enfrentamiento final con su enemigo. Estos conceptos fueron adaptados y modificados en diferentes áreas del mundo.

El máximo icono y mejor conocido exponente de la guerrilla Latinoamericana es Ernesto Guevara. Hombre clave en la victoria de la revolución cubana, quien después desempeñó el cargo de Ministro de Economía del nuevo Estado, es más famoso por su intento de exportar esta revolución a toda Latinoamérica y por su abismal fracaso en Bolivia en 1967 que terminó con su captura y posterior ejecución extrajudicial.
Esto se basó en la famosa teoría de los focos. Expuesta por Ernesto Guevara y su cercano aliado Regis Debray para justificar la estrategia de conformar pequeños grupos militares en el campo rural los cuales se multiplicarán eventualmente y crecerían considerablemente hasta convertirse en ejércitos capaces de controlar áreas completas.

El brasilero Carlos Marighella desarrolló una teoría respondiendo a la premisa de concentrarse dentro de las mismas ciudades. Su “Manual de la Guerrilla Urbana” influencio a un gran número de movimientos Marxistas-Leninistas en los años siguientes. 10 días después de la muerte de Guevara, y viviendo en la Habana, Marighella escribió su primer texto donde su atención se centraba más en los centros urbanos que en la zonas rurales remotas. El quería continuar con el trabajo de Guevara, implementando una nueva estrategia para reemplazar la teoría de los focos que había resultado un desastre en el caso de la aventura boliviana.
Marighella viajó secretamente a Brasil y empezó a organizar la guerrilla. En septiembre de 1968 hubo un agudo incremento de acciones armadas como robo de bancos, ataques tanto a edificios militares como a cuarteles de los llamados “agentes del imperialismo americano”. En el transcurso de este año, 100 bancos fueron exitosamente robados. La insurrección estaba expandiéndose así como atrayendo elementos disidentes del ejército. Hubo asesinatos y secuestros. Un clima de guerra revolucionaria fue creado convirtiendo los campos de acción política tradicional en obsoletos. Aquellos que rechazaron unirse a esta aventura fueron tildados como “oportunistas”. Después de que dos monjes dominicos fueran arrestados (¡!) quienes eran parte de la guerrilla, la red alrededor del líder se rompió y Marighella fue objeto de una trampa por parte de la policía quien lo asesinó. Su “Manual de la Guerrilla Urbana” trata de puntos concernientes a la organización de grupos clandestinos y el carácter de la guerrilla urbana, así como de robos a bancos, ejecuciones, instrucciones técnicas sobre armas, y asuntos de movilidad y logística.
Todo esto tiene mucho que ver con la teoría militar pero absolutamente nada con comunismo.

2. En la lectura de la literatura contemporánea acerca de estos asuntos se muestra una confusión ejemplar. Acerca de la revolución cubana, Leo Huberman/Paul Sweezy escribieron en 1960: “esto podría probar históricamente uno de los hechos más importantes sobre la revolución cubana: que por primera vez en la historia una revolución socialista genuina fue realizada por individuos no-comunistas.” Esta es obviamente una afirmación ridícula, pero no más ridícula que la afirmación de que países como la URSS, La República de China, Vietnam del Norte y el Bloque del Este fueran comunistas, así haya sido una revolución o una ocupación como en el caso de Europa del Este. En ninguno de estos países las relaciones sociales se acercaron ni siquiera remotamente a la libre asociación de la cual hablaron Marx y Engels. Los modos de producción permanecieron intactos, había trabajo asalariado, dinero, mercancías, etc. Otra cita de Huberman y Sweezy que me parece típica para disculpar el Leninismo en la Nueva Izquierda:

“El movimiento revolucionario internacional fue dominado por la Revolución Rusa y el Estado Soviético durante la primer y segunda guerra mundial. El éxito en el país más grande del mundo le dio a Lenin y al partido Bolchevique una reputación y una autoridad sin ejemplo de competencia. Donde sea que habitaban socialistas revolucionarios, ellos formaron idénticos partidos estructurados y listos a seguir las huellas de sus camaradas Rusos. Con este propósito se congregó la fundación de la Tercera Internacional, que fue planeada como una clase de comando general de la revolución mundial y que tenía el poder de impartir órdenes a sus miembros e implementarlas.
Desde su comienzo y durante su completa existencia (1919-1943) fue controlada totalmente por el Partido Comunista de la Unión Soviética, el cual se convirtió en la más alta autoridad política y doctrinal de todo el movimiento comunista mundial. Ningún partido podía ser considerado comunista sin la aprobación de la Internacional, ninguna persona podía ser considerada comunista a menos que perteneciera a tal partido. Este marco institucional e ideológico era tan poderoso que era imposible para el revolucionario trabajar fuera de él”.

Hay una gran cantidad de mistificaciones en este texto, pero tal vez  y de una forma inconsciente, muestra en gran medida la tragedia del movimiento revolucionario del siglo XX. Por supuesto que los Bolcheviques tenían una gran reputación en sus inicios que se iba más allá de los círculos comunistas. De todas formas hubo muchas discusiones acerca de la clase de influencia que el partido ruso debía tener en la Internacional y además si los partidos en otros países debían ser estructurados como el ruso. Aún más importante fue la discusión acerca de la naturaleza de la Unión Soviética. Ya antes de que Stalin tomara el poder, se levantaron voces que denunciaban el capitalismo de Estado soviético ya que había fallado en abolir las relaciones sociales capitalistas sobre entre el trabajo asalariado y los medios de producción. Después de mediados de los años 20 y del ascenso de Stalin, se solidificó un nuevo estrato en la Unión Soviética, y nadie que estuviera cegado por la propaganda podía afirmar que había un gobierno proletario a través de las juntas de trabajadores. Cuando los Trotskistas intentaron salvar la herencia Leninista en contra de Stalin, surgió la teoría del “Estado degenerado de los trabajadores”. En mi opinión, esta extraña idea tiene sus raíces más en la política que en la verdadera teoría. La historia dice que los Bolcheviques bajo el mando de Lenin y Trotsky, hicieron una revolución proletaria y crearon el primer Estado socialista, que fue distorsionado por la “teoría” de Stalin del “socialismo en un país”, y entretanto degradado. Pero como habían dando algunos pasos hacía el socialismo, se suponía que los trotskistas defenderían la Unión Soviética del “imperialismo”. Esto es particularmente extraño, considerando que en este momento los rusos estaban comprometidos en una campaña de desinformación y asesinatos de partidarios trotskistas.

Solo se puede asumir que habiendo invertido tanto y creyendo con tal fervor en el Leninismo, la 4ª Internacional estaba preparada para autorizar este “análisis” suicida. Todavía hay algunos grupos Trotskistas que exigen solidaridad con Estados como Vietnam o Corea del Norte, pero a pesar de la limosna de solidaridad que se les diera, sus comandantes estaban prestos a consumirse en campos de trabajo como “agentes imperiales”.
Por supuesto que los más inteligentes dentro del movimiento como Max Shachtman o el grupo francés Socialismo o barbarie pronto rechazaron estos puntos de vista y se desarrollaron en otras direcciones.

Volvamos a las afirmaciones de Huberman y Sweezy.
Desde mediados de los años 20’s hacia adelante, los partidos comunistas fuera de Rusia fueron estalinizados. Todo esto junto con exclusiones y purgas. Para el caso de KPD (Partido Comunista Alemán) puedo esbozarlo brevemente.
Fundado por Rosa Luxemburgo y otros a finales de 1918 el KPD juntó varios grupos de izquierda y jugó un papel prominente en la fase revolucionaria de 1918-23.
Luxemburgo quien fue una crítica fuerte de los aspectos autoritarios de la Revolución Rusa desafortunadamente fue asesinada a inicios de 1919.
El KPD se bifurcó en dos partidos en 1920, el más radical se hizo llamar KAPD (Partido Comunista Alemán de los Trabajadores). Al mismo tiempo existían otras organizaciones comunistas masivas que rechazaron la forma del partido Bolchevique, las “Uniones” (Unionen).
Estas organizaciones de extrema izquierda perderían la mayoría de su apoyo durante los siguientes años después del fracaso de la revolución y de la relativa consolidación de la república de Weimar, aunque todavía existían y seguían siendo una espina en el costado del KPD ( como cuando, por ejemplo, la prensa de la KAPD reveló la colaboración en maniobras militares secretas entre el Reichswehr y el Ejército Rojo). Mientras tanto, hubo poderosas luchas dentro del partido entre varias facciones, la extrema izquierda y la llamada derecha de Brandler y Thalheimer… En pocas palabras, todas estas personas fueron excluidas y expulsadas hacia 1928; incluyendo la mayoría de los antiguos líderes del partido así como sus más cercanos intelectuales. Pienso que se puede decir que el KPD fue depurado de su intelectualidad hacia 1930 cuando emitieron el traicionero texto programado “Por la liberación Social y Nacional del pueblo Alemán”, que intentaba competir con el partido NAZI en el terreno de la retórica nacionalista.

Pero ¿ Qué pasó con todos ellos ?
Por supuesto que no pararon de estar activos como comunistas, unos fundaron otros grupos y partidos, tales como la Entschiedene Linke (izquierda decidida) de Karl Korsch, el Leninbund y el KPO (de Brandler y Thalheimer), el SAPD (de Fritz Sternberg et. al.), algunos de los cuales tenían miles de miembros, otros que sentían la necesidad de trabajar entre un partido masivo unido al SPD (Partido socialista alemán) e intentando trabajar con sus estructuras (e.g. Paul Levi, Karl Schröder), y otros que trabajaron como publicistas, en diarios o en contextos de instituciones como el Instituto de Investigación Social. A lo que quiero llegar, contrario a la afirmación de Huberman y Sweezy, es que era totalmente posible trabajar por fuera del partido comunista siendo revolucionario.
Aunque había una diferencia: el KPD era un partido masivo que estaba muy bien conformado y el cual ofrecía una estructura institucional con muchas organizaciones asociadas a trabajos y carreras. Esto no es suficiente para explicar lo que aconteció en la siguiente década, cuando el estalinismo se dedicó a crear una hegemonía sobre todo lo que se llamara comunismo perjudicando así su reputación. A pesar del hecho de que el terror desplegado en los 30’s contra el comunismo en la Unión Soviética y del papel contrarrevolucionario que el estalinismo jugó en la Guerra Civil Española, dicho estalinismo –ayudado por la situación creada con la Segunda Guerra Mundial – se oriento para consolidarse a sí mismo como la primera fuerza de la Izquierda.
Después de depurar a las organizaciones de sus intelectuales más capaces, estos encontraron maneras de involucrar escritores, artistas, etc, “independientes” como Gide, Brecht, o Sartre que se uniría más tarde, así como muchos otros, con los que construyeron su estandarte.
Ya en ese momento el precio a pagar para aquellos que trabajaban fuera de estas estructuras se consideraba como una clase de marginalización que dificultaba el impacto además del trabajo de clarificación teórica.
Esta situación fue consecuencia del hecho de que el movimiento fuera diezmado tanto por los Nazis, como por los estalinistas, – y de que una situación revolucionaria anticipada al final de la segunda guerra mundial no pudo materializarse.

3. Guevara dijo en su famoso dictamen: “el deber del revolucionario es hacer la revolución” –
¿ Pero qué clase de revolución ?
Ya hacia 1920 se debatía sobre la naturaleza de la revolución Bolchevique en los círculos comunistas: ¿era en verdad una revolución del proletariado, o una revolución burguesa llevada a cabo por un partido de trabajadores ?

Esta pregunta es fundamental para la historificación del movimiento comunista, y creo que la respuesta que podemos dar en retrospectiva es que, así hayan sido exitosos, los llamados regímenes comunistas – bajo la ideología del Marxismo-Leninismo – son realmente regímenes pre-capitalistas, poderosas capas burocráticas que asumen el rol de una burguesía débil o ausente para modernizar el país, incrementando el desarrollo de las fuerzas productivas de manera violenta, alistando el terreno para el desarrollo del capitalismo. Fue el caso de la Unión Soviética, así como es el caso de China, una especie de sociedades transicionales, no hacia el comunismo sino hacia el capitalismo. Esto tiene diferentes dinámicas en tiempos diferentes y lugares diferentes.

Un ejemplo contemporáneo es la situación en Nepal, donde los Maoístas apoyaron años de “la Guerra del Pueblo” en contra de la monarquía. Al final, su líder Prachanda se convirtió en Primer Ministro. Una de las primeras cosas que este personaje realizó fue hablar con inversionistas extranjeros, asegurándoles que sus inversiones estaban seguras con los Maoístas en el poder.
Otro claro ejemplo de Marxistas-Leninistas haciendo una revolución burguesa. Apoyar una tal “Guerra del Pueblo” cuesta mucho dinero. Esto es más real para la clase de guerrillas rurales que se componen de decenas de miles de combatientes con control total de territorios definidos. El pueblo tiene que ser alimentado y aún si esto es posible con la tierra, todavía falta pensar en las armas y en la municiones, en los vehículos y tecnología que se necesita. Con la ausencia de poderosos patrocinadores, la guerrilla tiene que recurrir a la expropiación – o a robos de bancos, secuestros y extorsiones – involucrándose en negocios ilegales tales como el narcotráfico y otros medios de autofinanciación.

Este “medio para un fin” puede convertirse fácilmente en una ocupación de tiempo completo combinado con el reclutamiento forzado en masa, un sistema dudoso de justicia interna, y una jerarquía fuerte, que causa en el pueblo un sentimiento de malestar por la clase de régimen que tales organizaciones imponen en todo el país después de su victoria. Pero aún si no se tiene un territorio para mantener económicamente, la guerrilla frecuentemente se siente tan afectada que continúa la guerra principalmente por su propia preservación.
Tal fue el caso en la confrontación entre RAF alemana (“Rote Armee Fraktion”) y el Estado luego de que la “primera generación” fuese arrestada en 1972. Después de esto, durante algunos años el principal objetivo de la “segunda generación” era el de liberar a los prisioneros. Inicialmente la RAF tenía un concepto de redes de activistas que debían estar trabajando al mismo tiempo en iniciativas legales y en la ilegalidad subterránea de la lucha armada. En su primera declaración daban ya a entender claramente a quienes no veían como parte de su iniciativa: “Los charlatanes, los que se cagan en los pantalones, los que se las saben todas”. Brevemente, se trataba exactamente de la izquierda intelectual de la que venia la mayor parte de los miembros de la temprana RAF. En su lugar, imaginaban ahora a los trabajadores de Siemens, AEG y Osram, la juventud proletaria, aprendices, colegiales y gente joven de institutos y reformatorios como su audiencia.
En lo que aparenta ser un intento para tocarlos y para no sonar muy intelectual, terminaban varios parágrafos del corto texto con las palabras “que se jodan!” [“damn it!”]. Pero la RAF también se veían a sí mismos siempre como aliados de los movimientos nacionales de liberación del tercer mundo. Lejos de mostrarse optimistas respecto del potencial revolucionario del proletariado alemán, en su primer texto “Concepto de la guerrilla urbana” se re-definian con prontitud a sí mismos de manera casi exclusiva como parte del movimiento “anti-imperialista”. El sentido de esto en sus consecuencias finales es clarificado por la evaluación de la masacre del equipo israelita en las Olimpiadas que tuvieron lugar en Munich en 1972 a manos de un comando palestino que es celebrado como “anti-imperialista, internacionalista y anti-fascista”. Llamar a una masacre de judíos en territorio alemán un acto anti-fascista es sin duda significativo y se puede decir que el declive ideológico de la RAF había ganado con ello su nivel más bajo.

Años de un virtual silencio teórico siguieron en un tiempo en que un buen número de acciones se llevaron a cabo, en las que la obsesión con una sola meta crecía: la de liberar a los prisioneros.
Como ha sucedido a menudo en la historia de los movimientos guerrilleros, el Estado y la guerrilla empezaron una mutuo escalamiento de sus respectivas agendas, erosionando en la fricción el espacio para las actividades de oposición. El incremento de la violencia por parte de la guerrilla le terminado dando al Estado todos los pretextos para caerle encima a todos los revolucionarios que no tienen nada que ver con la guerrilla, mientras que la guerrilla esta chantajeando al movimiento revolucionario con su “con nosotros o contra nosotros”, “entweder Schwein oder Mensch” – con el en palabras de la RAF – o cerdo o ser humano.
El conflicto toma su propia dinámica que lleva directamente al estado de emergencia, como sucedió en Alemania en el otoño de 1977 cuando la democracia fue efectivamente suspendida durante algunas semanas. Pero era fascismo realmente lo que la RAF y otros grupos de extrema izquierda – especialmente de tipo maoïsta – vieron surgir en los 70’s ? Un fascismo a la vista que la RAF usó ciertamente para justificar su campaña armada.
Esto es por supuesto utilizado para llamar a un cierto consenso: que el uso de las armas sea justificado contra un régimen fascista.
Pero qué tipo de régimen es un régimen fascista ?

Desafortunadamente en este punto también encontramos el pésimo legado del Estalinismo. Aquí entra la teoría del fascismo de Georgi Dimitroff, quien estaba a la cabeza del estalinisado Komitern. Dimitroff definió el fascismo como la más extrema forma del gobierno burgués clasista, “una dictadura abiertamente terrorista del tipo más reaccionario, chauvinista, de los más imperialistas elementos del capital financiero”. Esta idea tuvo una fuerte influencia en la perspectiva sobre el fascismo incluso durante los años de post-guerra y llevó hacia mucha falsas concepciones. En aquella única frase hay varios flagrantes vacíos: el fascismo se veía a sí mismo como un movimiento nacionalista revolucionario y no puede ser llamado reaccionario en el sentido en que los realistas o los conservadores tradicionalistas de los 20’s lo eran. Y era incluso menos cierto que el fascismo fuera una dictadura del capital financiero. De hecho los Nazis expusieron un falso tipo de anti-capitalismo que esta en el núcleo de su ideología, oponiendo un capital “productivo” (supuestamente bueno/alemán) contra un malvado capital “especulativo” (judío). El elemento clave del anti-semitismo ni siquiera entra en la definición estalinista del fascismo o del nacional socialismo.
El fascismo no puede ser propiamente entendido si es visto puramente como una manipulación de la clase dominante, ni tampoco como un movimiento de masas anti-capitalista que quisiera abolir las clases sociales en el marco nacional, y racista de una ‘Volksgemeinschaft’.
El Estado de emergencia o el gobierno por decreto – como fue practicado en Alemania a partir de 1930 – no era todavía un gobierno fascista, lo que el Partido Comunista Alemán (KPD) no supo entender. Como consecuencia falló en prepararse contra la verdadera toma del poder nacional socialista.
De la misma manera el estado de emergencia en 1977 no era todavía fascista – aún cuando las turbas que se manifestaron para que se implantara de nuevo la pena de muerte para los “terroristas” demostró que un cierto potencial para una tal movilización estaba presente, un potencial que es de hecho latente en toda democracia burguesa.
La dictadura y la mezcla de formas de dictadura con democracia no son necesariamente fascistas y pienso que es necesario ser preciso en el análisis para encontrar la manera adecuada de luchar contra cada una de ellas.

Volviendo a la cuestión de la guerrilla :
No sé si el co-fundador de la RAF, Horst Mahler, pensó que de alguna manera tomaría el poder – y que tal vez terminaría en un gobierno mundial junto a Pol Pot y Yasser Arafat, pero supongo que es inverosímil. Con los más tradicionales movimientos guerrilleros esto es diferente: de Mao a Tito, y Castro, el IRA o Prachanda, el objetivo era tomar el poder por medios militares. El elevado nivel de disciplina, especialización y jerarquización en el ejercito vuelven inverosímil sino imposible que haya una salida que lleve a la emancipación universal y a la asociación libre.

La meta del comunismo es abolir la reificacion en sectores separados tales como el trabajo y el juego, la estética y la política. O, como Marx lo planteo, el ser humano de la libre asociación podría ser cazador en la mañana, pescador en la tarde y crítico crítico al anochecer. El hombre que ya había dicho que no era marxista habría casi con toda seguridad, pienso yo, reconocido el “marxismo-leninismo” como una fuerza mayor del anti-comunismo del siglo XX.

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